miércoles, 17 de septiembre de 2014

La palabra “francofonía” nace hacia 1880. EL geógrafo Onésime Reclus la usó para describir la comunidad lingüística y cultural del imperio colonial francés.

Hoy en día, la francofonía designa dos realidades diferentes pero complementarias:

·           En un sentido amplio (utilizada con minúscula): engloba el conjunto de acciones de promoción del francés y de los valores democráticos que transmite.

·           En un sentido institucional (con mayúscula): califica a la organización internacional que reagrupa la comunidad de 70 países y gobiernos francófonos que han elegido unirse a su Carta.


La Francofonía, organización con vocación universal, es esencialmente una comunidad abierta al mundo, así como a los pueblos y a las culturas que lo componen. El término fue popularizado por Léopold Sédar Senghor, primer Presidente de Senegal y uno de los padres fundadores del movimiento en los años 1960, que presagiaba: “A través de sus gobernantes, son los pueblos los que empujan a los gobiernos a ir más lejos. Deberíamos reunir en una asociación interparlamentaria, los parlamentos de todos aquellos países en los que se hable francés”.

De este modo, la Organización Internacional de la Francofonía (OIF) se funda en 1970.


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